La transformación digital es lo que le sucede a las organizaciones mientras adoptan nuevas e innovadoras maneras de hacer negocios basadas en avances tecnológicos. Es el proceso de cambiar radicalmente algo mediante el uso de herramientas digitales, y describe la adopción de tecnología y los posibles cambios culturales como medios para mejorar o reemplazar lo que sea que existía antes. La transformación digital no es un producto ni una solución que se deba comprar, pero afecta todo lo relativo a la TI en todos los sectores.
Es más penosa la ausencia (o el mal funcionamiento) de la tecnología que su presencia. Nuestro mundo es digital y esperamos que la tecnología funcione para nosotros, sin imperfecciones. Y así lo hace la mayor parte del tiempo. Nuestros teléfonos inteligentes transportan todos los datos necesarios (y más) para ser productivos durante todo el día, desde procesadores de texto hasta agendas, desde notificaciones de energía en el hogar hasta opciones de transporte y desde servicios de comida a domicilio hasta pronósticos del tiempo. Pero cuando la tecnología no funciona es cuando más sentimos su ausencia. Esperar para pagar en efectivo en una casilla de peaje porque no se instalaron receptores electrónicos en la autopista. Ir personalmente a un tribunal de justicia en el centro de la ciudad para buscar un archivo que, usted sabe, debería haber estado disponible en línea. Observar como la tecnología de videoconferencias falla nuevamente.
Este es el motivo por el que las organizaciones deben invertir en tecnología que preste servicios a los empleados y consumidores por igual de la forma que esperamos. Las nubes, las aplicaciones móviles y los elementos como servicio requieren nuevos tipos de almacenamiento, análisis, automatización y gestión. Una innovación lleva a la otra; la nueva tecnología conduce hacia mejoras en los procesos que, a su vez, conducen hacia mejores productos y servicios. Luego, los clientes demandan incluso más mejoras porque han crecido acostumbrados a ciertas experiencias en nuestras vidas cotidianas.
Piénselo de esta forma:
Los productos, como los registros en papel de los gabinetes de archivos, se han convertido en bits y bytes en los contenedores en una nube; incluso el gabinete de archivos es extraído y definido por software.
Los servicios, como las experiencias de hotelería y los autos rentados, han sido reemplazados por espacios huésped (que explicaremos más adelante), y puede convocar a los conductores con su teléfono inteligente.
Los procesos, como los flujos de trabajo en cascada, han evolucionado en prácticas DevOps, donde los equipos funcionan de forma iterativa.
Vivir mejor con software: eso es la transformación digital. ¿Qué tal esta definición?
Una breve historia de la transformación digital
La transformación mediante la tecnología se puede remontar a decenas de años (Internet), a cientos de años (imprenta) o incluso a miles de años (rueda). Crear aplicaciones de software, crear infraestructura de TI e implementar procesos empresariales no son novedades; cada publicación tecnológica desde Business Insider hasta Wired ha promovido la transformación digital, y la MIT Sloan School of Management tiene toda una iniciativa completa en economía digital.
Pero el crecimiento tecnológico exponencial sí tiene una historia de origen. Comenzó con la infraestructura, que se convirtió en la base de las aplicaciones que redefinieron los procesos empresariales. De esta manera, todo se conecta: la infraestructura determinó qué tipos de aplicaciones se usarían y, a su vez, estas determinaron los tipos de procesos que funcionaban mejor.
La infraestructura de TI es el primer «alterador» de la transformación digital. Las computadoras centrales llevaron a los servidores, estos a las conexiones en red, que, a su vez, llevaron al alojamiento en la nube que condujo a los entornos híbridos de la actualidad. Pero la necesidad de cada compañía de adoptar o adaptarse al último avance en infraestructura no sucedió inmediatamente.
Todo comenzó con las computadoras centrales. Las máquinas metálicas jurásicas redefinieron el procesamiento de datos mediante la duplicación de la cantidad de computaciones que podían procesar en un minuto. Pero la tecnología no se adoptó toda de una sola vez. Los gobiernos fueron los primeros en poner en marcha las computadoras centrales y reducir el tiempo de procesamiento de los censos de decenas de años a tan solo un año y medio.
Una vez que los servidores se conectaron a las redes, en particular cuando un servidor de 2GB comenzó a alojar la web mundial en 1991, las empresas debieron cambiar su enfoque de infraestructura o quedarse atrás. Cada empresa que quería un lugar en la Internet necesitaba un servidor. Hoy, los servidores alojan intranets, que dan soporte a las nubes privadas, se conectan con Internet para dar soporte a las nubes públicas y dan soporte a ambas mediante nubes híbridas.
La infraestructura aloja las aplicaciones. Las aplicaciones son la manera en que se realizan hoy los negocios, pero esto no siempre era así. Las aplicaciones comenzaron a alterar el mercado casi en el mismo momento en que los servidores se convirtieron en la herramienta de infraestructura más conocida. (Piense en esto por un minuto: la nueva infraestructura de TI no estaba totalmente desarrollada aún cuando un alterador tecnológico distinto comenzaba a alterar las cosas).
Las aplicaciones monolíticas fueron las primeras: una aplicación para un servidor. ¿Quiere una nueva aplicación? Necesitará un nuevo servidor. La entrada, la salida y el procesamiento con frecuencia eran administrados por un solo elemento del hardware. El alcance de la desestabilización de las aplicaciones estaba limitado por la huella literal de las empresas: si deseaba más (o mejores) aplicaciones, debía tener más espacio para más servidores.
Algunos monolitos dieron lugar a la arquitectura de nivel-n que, básicamente, separa las piezas funcionales de la arquitectura y permite a un solo servidor administrar las necesidades de más de una aplicación. Mediante el método de cliente-servidor, los requerimientos del proceso se agrupaban en dos niveles ejecutados en los sistemas del cliente (nivel 1), que se reconectaban con los servidores (nivel 2). Hoy, algunas aplicaciones de nivel-n han sido reemplazadas por microservicios, que desglosan las aplicaciones en componentes aún más pequeños.
Actualmente, muchas empresas giran en torno a una sola aplicación. Y muchos procesos empresariales integrales (de logística, fabricación, investigación, desarrollo, gestión) dependen de las aplicaciones. El aumento del predominio comercial en las aplicaciones se debió, en primer lugar, a la irrupción de los servidores en el mercado y, luego, a la evolución en la arquitectura de las aplicaciones. Esa arquitectura aún se encuentra en evolución y está afectando a los procesos empresariales.
Es posible que los procesos empresariales no parezcan transformadores (¿cómo es posible que un proceso —un flujo de trabajo esencialmente reducido— sea digital?), pero están conformados por los sistemas de los que dependen los procesos.
El enfoque en cascada permitía que un grupo de investigadores, desarrolladores u operadores usara una máquina en cualquier momento. Era un proceso lento con solo algunos lanzamientos de código al año. Esto se debía a que era necesario ocupar una computadora central completa para ejecutar (por ejemplo) los complejísimos cálculos matemáticos requeridos para determinar la entrada en órbita de los astronautas. Y con una tasa de cálculo de 2000 procesos por minuto, comparado con los 1 000 000 000 000 000 de la actualidad (sí, ese es un 1 seguido de 15 ceros), esos cálculos podían llevar días. Más importante que el tiempo que le llevaba a una computadora procesar datos de entrada y resultados es que cada computadora central era mucho más grande y más costosa que las máquinas de la actualidad. Incluso aunque pudiera adquirir varias computadoras centrales, no hubiera tenido lugar donde colocarlas, ya que una sola computadora central ocupaba más de 350 pies cuadrados. Con tan pocos sistemas para satisfacer tal demanda, no existían muchas opciones de procesamiento además del método de cascada.
El procesamiento en niveles múltiples facilitó procesos de desarrollo más ágiles, pero los equipos de desarrollo y operativos aún debían trabajar por separado. Esto no era algo negativo, ya que cada equipo simplemente requería flujos de trabajo y entornos diferentes. Pero sí generaba algunos inconvenientes que había que sortear. Por ejemplo, un desarrollador debía crear una nueva aplicación con funcionalidades extraordinarias. Esas funcionalidades extraordinarias también acaparaban muchísimos recursos, pero esto no es un aspecto considerado por el desarrollador, ya que este piensa que la implementación es responsabilidad de las operaciones. Por otra parte, el equipo operativo tendría que medir el uso de los recursos por nivel de aplicación, lo que significa que el desarrollador tendría que hacer calzar códigos adicionales en la aplicación que puede o no adaptarse adecuadamente.
Estos son los tipos de dificultades que disminuyen los microservicios y los contenedores que habilitan los procesos DevOps. Permite que la colaboración sea más estrecha, donde los equipos pueden trabajar de forma iterativa sobre componentes que usan un conjunto consistente de herramientas y con códigos que pueden ser migrados entre equipos y entornos según sea necesario.
Incorporar la transformación digital
Lo bueno (y lo malo) de la transformación digital es que no existe una sola solución simple. Cambiar la manera en que trabaja con la tecnología mañana depende totalmente de cómo trabaja con la tecnología hoy.
Entonces, ¿en qué lugar se encuentra? ¿Aún depende de las pilas monolíticas del software tradicional? ¿Están sus desarrolladores trabajando en entornos de nube pública, pero tienen que esforzarse para migrar las aplicaciones internamente? ¿Están las líneas de negocio listas para tomar sus propias decisiones tecnológicas, en lugar de esperando a que les llegue todo? Donde sea que se encuentre, ahí es donde debe comenzar.
Ya que todos comienzan en algún lugar distinto, no existe un marco, una guía o un mapa de ruta para la transformación digital que sea aplicable de forma universal. No se puede crear arte revolucionario por comisión o marco, y tampoco se puede diseñar TI innovadora de esa manera. Es posible que su organización necesite repensar el software existente, las metodologías de desarrollo, los procesos empresariales y las responsabilidades personales, o tal vez ya se encuentre en una buena posición de arquitectura y solo necesite añadir nuevas funciones.
Adoptar la digitalización es una estrategia a largo plazo, no se trata de una táctica a corto plazo. Debe implicar un cambio cultural y tecnológico duradero a fin de lograr el éxito perdurable en la organización y en su negocio. No tiene que ser revolucionario o alterador (el progreso que evoluciona, se incrementa o se repite, sigue siendo progreso). El objetivo debería ser sentirse cómodo con el cambio antes de que el mercado lo exija. Porque el mercado lo exigirá. No importa si su empresa vuela aviones o vende periódicos, la amenaza de la alteración surgirá.
La transformación digital es un alterador
La transformación digital es la marcha imparable de la tecnología. Esta disrupción puede provenir de cualquier lugar y, con frecuencia, aparece de la nada.
Por ejemplo, el sector hotelero ha sido afectado un gran número de veces. Antes, encontrar un hotel requería conducir por la ciudad, buscando un cartel con luces de neón. Las guías de teléfono fueron, tal vez, las primeras en ser afectadas y los hoteles incluidos en ellas llevaban la ventaja. Internet fue el segundo afectado: los hoteles con sitios web aceptaban las reservas de los clientes con conocimientos de Internet, mientras que aquellos que no tenían presencia en línea no podían hacerlo. Los sitios web de viajeros que añadieron tarifas de viajes y reservas a través de interfaces de programación de aplicaciones (API) fueron el tercer alterador. Los hoteles que incorporaron API estándares y se conectaron con sitios de viajeros se beneficiaron.* El cuarto y actual alterador son los teléfonos móviles, que conducen a una economía compartida que está redefiniendo todo el sector hotelero. Los viajeros ahora pueden evitar los hoteles alquilando el colchón, la habitación, el departamento o la casa de alguien.
Las herramientas alteradoras conducen a ideas alteradoras, que, a su vez, conducen a prácticas alteradoras. Por ejemplo, los teléfonos móviles existían antes de que la economía compartida fuera algo práctico. Las API redujeron los obstáculos para los nuevos clientes y los sitios para viajeros añadidos se aprovecharon de esto; los teléfonos móviles simplificaron el acceso de los clientes y los ávidos propietarios se aprovecharon de esto. Los alteradores fuera del mercado (API y teléfonos móviles) pueden conducir a alteradores dentro del mercado (sitios de viajeros añadidos y aplicaciones de economía compartida). ¿Se da cuenta? Todo está conectado.
Fuente: https://www.redhat.com/es/topics/digital-transformation/what-is-digital-transformation