Tecnología

Luchando contra los bots: el derecho a ser humano

En vista de las restricciones de bloqueo y el cambio masivo a la comunicación remota en muchos ámbitos de la vida (trabajo, estudio, relaciones personales), el problema de distinguir a un humano de un robot es especialmente agudo.

El desarrollo de IA maliciosa que se alimenta de datos personales ha llevado a la aparición de bots falsos que engañan a las personas haciéndose pasar por amigos o familiares en los chats de video. Incluso los asistentes legítimos de IA, debido a fallas frecuentes y respuestas no humanas, han comenzado a molestar a los usuarios. Esto ha producido una ola de botfobia y la aparición de nuevas herramientas para detectar y bloquear bots.

Los fabricantes de IA están tratando de combatir esta tendencia con legislación: en países gobernados por tecnócratas anónimos, las identidades digitales tienen ciertos derechos, lo que obliga a los ciudadanos a tratar a los bots con respeto.

Pero en países donde los ideales humanistas aún están vivos, está en marcha una «revolución cultural», destinada a restaurar los derechos de las personas. Aquí ha habido una inversión de las leyes de la robótica, la primera de las cuales establece que las personas siempre tienen derecho a saber si se están comunicando con un ser humano o una máquina. También están consagrados el derecho a ser atendido por un ser humano en lugar de un robot, el derecho a un apagado extrajudicial de las máquinas consideradas una amenaza, y un puñado de otros derechos similares que claramente degradan y discriminan a las formas de vida inorgánicas.

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